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El mundo de gas puede ser complicado

Hemos recopilado unas de las preguntas y respuestas más comunes del sector

Es fundamental contratar a un profesional para la instalación de una caldera, ya que garantiza que se realice de manera segura y eficiente, evitando riesgos de fugas de gas, mal funcionamiento o accidentes.
Asegura el buen funcionamiento de tu caldera de gas solicitando una revisión anual al servicio técnico del fabricante del aparato y durante la misma, solicita la verificación de los niveles de Monóxido de Carbono (CO). Si dispones de termostato ambiente en su hogar, sitúa el mando de temperatura de la caldera en posición máxima y regula el termostato ambiente para conseguir una temperatura de confort adecuada (en torno a los 21⁰C). Si no dispones ya de él, instala un termostato de ambiente para proveer a su hogar de un sistema de regulación automático. La caldera sólo se encenderá cuando la temperatura baje en casa. Si no apagas la calefacción por la noche, baja el termostato de ambiente a unos 15⁰C. De esta forma ahorra energía. Utiliza burletes en puertas y ventanas para impedir que el calor se escape por las juntas. Mantenlas bien cerradas y ventila en invierno en las horas de más calor y con la calefacción apagada. Comprueba la calidad del aislamiento térmico del sótano para minimizar posibles pérdidas de calor. No utilices los radiadores para secar la ropa y no los tapes con muebles, cortinas, etc. Al cocinar, procura que la llama no sobrepase la base del recipiente y tapar las cacerolas para reducir el tiempo de cocción.
Si tus vecinos te han dicho que no la apagan nunca y que así ahorran gas, la respuesta es, que depende. Es cierto que cuando la casa está fría la caldera gasta más hasta que consigue una temperatura de confort. Si tu casa está habitada todo el día puede ser aconsejable intentar mantener una temperatura de confort siempre que esta no sea alta y gestionemos la caldera con un termostato modulante y por la noche bajar algunos grados. Si te vas ausentar durante unas cuantas horas es mejor apagarla.
No. El agua de los radiadores a veces parece sucia pero no conviene cambiarla. Esa agua ya ha perdido todo el oxígeno disuelto por lo que tiene muy limitada el poder de oxidación. Si la cambiamos comenzaríamos el proceso oxidando partes interiores de los elementos de la calefacción así como la producción de aire y el consiguiente purgado.
El aire en los radiadores es un efecto que se produce por la descomposición del agua en oxígeno e hidrógeno por causa de la electrolisis al circular por los radiadores. Las caldera incorporan un purgador automático que es capaz de soltar ese aire si pasa por la caldera, pero a veces sobre todo en radiadores nuevos la cantidad que producen es muy alta y por el diseño de la instalación se queda en los radiadores lo que produce ruido e incluso puede llegar a dejar de calentar. Es entonces cuando tenemos que purgarlo. Si el radiador calienta bien y no hace ruido no es necesario purgarlo.
Los termostatos convencionales, tanto de rueda como digitales, pueden ser conectados a las nuevas calderas pero estos termostatos interrumpen la modulación de la caldera por lo que siempre recomendamos la instalación de un termostato modulante de la misma marca que la caldera. Estos termostatos se comunican continuamente con la caldera y hacen que adapte la llama a la necesidad real por lo que se puede consiguir un importante ahorro de energía.
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